El verdadero combate no es con el oponente, sino con uno mismo.
La filosofía es el elemento estratégico fundamental del que siempre se nutrieron las artes marciales.
Las técnicas de combate son un medio para conocer y dominar el miedo, la ansiedad y la violencia y para promover la salud. Pero también, para despertar las potencialidades más elevadas del ser humano.
La filosofía en las artes marciales busca horizontes más profundos, un reencuentro con uno mismo y con las leyes que rigen la naturaleza.